Y el oro de las iglesias? Qué sirva para resarcir el daño moral a las víctimas de los pederastas!!!
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Estaba muy tentado a decir que vayan a parar a las bóvedas del banco Central ahora que todo el mundo anda preocupado por incrementar sus reservas de oro físico; pero no, sería aprovecharse de la tragedia ajena de quienes fueron víctimas de las más repugnantes aberraciones que han cometido en contra suya; y ojo no algún depravado más sino nada más y nada menos que los curas, en quienes en su inocencia y estado de necesidad, vieron como a sus líderes espirituales y como también una tabla de salvación de poder para acceder a la educación superior, dada la condición de penurias económicas de los internos, provenientes principalmente de las áreas rurales.
Así que creo que todo el oro del mundo puediese devolver la dignidad profanada por estos malvivientes de los curas españoles que, digamos sin pelos en la lengua tienen la misma calaña de la caterva de malvivientes que invadieron las tierras del Abya Yala hace casi 530 años.
¿O ingenuamente se inaginan que la llegada de la cruz -respaldada por la espada- al Continente trajo a los más notables prohombres para educar a nuestros antepasados? No!, de ningua manera trajo a aventureros y forajidos, y entre los que cómodamente se entremezclaron los curas que hicieron lo que hicieron junto a los invasores. Anda con lobos y aprende aullar reza, dice un viejo adagio, así que actuaron como ellos. Pero además a llevarse nuestras riquezas como el oro.
¿O cómo se explica la tendenciosa teoría racista de que los indios no tenían alma, promovida por la propia iglesia, sino como una excusa de la que valieron para exterminar a los indios? ¿Es que acaso para la religión católica, el legado más sagrado y divino que puede haber, no es la vida, para que a sus nuevos "hermanos" con quienes aquel entonces se encontraron en estas tierras, los exterminaron a punta de la pólvora de sus cañones y arcabuces para saquear a sangre y fuego sus riquezas?
Pero aquel exterminio cometido por los invasores -incluida la iglesia- de la cual se podía creer que también fue el exterminó los vicios y depravaciones que la iglesia católica trajo hace más de medio milenio, pudiese también haber sido terminado; pero no. La iglesia persistió en su pérfidas depravaciones; al extreno que hoy es contra los descendientes de aquellos indios, a quienes que exterminaron los invasores, con la bención de los curas que se ha vuelto a reproducir.
Así es como se ha destapado esta pestilente olla de los pérfidos casos de pederastia que ha cometido; nasa menos que los curas jesuitas contra casi un centenar de niños, como de aquellos a quienes Jesucristo -cuyo nombre usan los jesuitas- en tono severo les ordenó a sus discípulos: "Dejen que los niños vengan a mí", Mateo 19:13-15.
Lo más inaudito es que quienes se consideran seguidores de Jesucristo, como es la Compañía de JESUS, se ha convertido una cómplice y encubridora de esas aberraciones; al extremo de haber callado por más de medio año los pérfidos pecados de Pedrajas; aunque ya sabían mucho antes dentro la congregación, y lo único que mojigatamente le recomendaron era que "rece mucho por sus metidas de pata".
Se que la dignidad no tiene precio y que la vida de quienes fueron humilladas vilmente como fueron las víctimas de esta caterva de degenerados como: Pedrajas, Gausett, To, Villamil, Peris y otros nunca será como de quienes no atravesamos esta infamia, pero si de alguna manera se puede resacir, es quitándoles el oro que los curas atesoran ampulosamente dentro sus iglesias, y que fue por el que vinieron envilecidamente a nuestro continente a llevarse ese "metal del diablo", y que el mismo sirva para reparar el daño causado. ¿O es que acaso edtos pervertidos; ademád van a seguir adorando becerros de oro, ¿o se han olvidado de ese otro voto, el de pobreza?
Así que démosle donde más les duele, y a quitárles el oro que tienen en sus iglesias.
Rolando Prudencio Briancon
Abogado
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