jueves, 23 de marzo de 2017

Quinta parte: Intelectuales: Produccion teorica, praxis e ideologia

QUINTA PARTE
Reflexión extraída del foro de Análisis y Debates del FB, comparto por la coincidencia en la mirada crítica sobre los intelectuales en Paraguay y su producción cómplice a la oligarquía neoliberal salvaje.


V. Intelectuales: Producción teórica, praxis e ideología

Cuando el intelectual produce teoría, produce praxis porque teoría es praxis del Poder. Porque producir teoría es producir ideología.  Cuando los intelectuales son cooptados por el Poder, se convierten en instrumentos  que  se ubican, bajo aparente neutralidad, actuando como  agentes de la “conciencia” colectiva  inexistente, como agentes del discurso  dominante y dominador.
 
La llamada “élite intelectual” paraguaya, muy propensa a la utilización de sustratos epistemológicos oscuramente arraigados en el lenguaje entre surrealista y posmodernista,  es el reflejo de la dominación del Poder y de los grupos fácticos de Poder.

 “El papel del intelectual no es el de situarse «un poco en avance o un poco al margen» para decir la muda verdad de todos; es ante todo luchar contra las formas de poder allí donde éste es a la vez el objeto y el instrumento: en el orden del «saber», de la «verdad», de la «conciencia» del discurso”.  (Michel Foucault, Los intelectuales y el Poder, Entrevista Michel Foucault por Gilles Deleuze. "Microfísica del Poder", Edit. La Epiqueta,  Madrid, 161).

Ningún discurso abusivo o  no construido por el intelectual o la intelectuala posee en sí, en tanto que eyección del hablar o hablar no hablando hacia la sociedad, la neutralidad  o la objetividad.  

En el discurso de” racionalizaciones” de los intelectuales funcionales, el rol esencial es impedir que  la razón y comprensión de la “plebe”, puedan desbordar los límites de lo dado en la experiencia. Pregonan con el abuso del discurso una ineluctable subordinación, obediencia y alineamiento al Poder  “constitucional” oligárquico y a la institucionalidad jurídica de sus intereses.  

La trasformación del Estado, la transformación de las relaciones sociales,  la racionalización de las probabilidades de  desborde de la “plebe”;  la ruptura de la dialéctica del amo y del esclavo, el desmantelamiento del Estado actual, prolongación mutada del Estado de 1870,  son los principales de los intelectuales críticos y disfuncionales al Poder; frente a la mitificación racionalmente construida por  la funcionalidad y obsecuencia científica de la actual “ créme des crémes” de la intelectualidad paraguaya.

 
La crisis del Estado está abierta y sangrante. La disputa de Poder está abierta y sangrante.

 Más vale ser un intelectual “plebeyo” de la plebe que plebeyo romano intelectual  sindromático y funcional al Poder.

Es camino bifurcado – Fork on the road-  en el que se encuentran los intelectuales comprometidos con la realidad social, con la emancipación con los intelectuales voceros oficiales, que  ponen y entregan su ciencia al Poder.   Sin  embargo; la libertad existe como conciencia.   Si ella se ha perdido; está ahí.

“No perdamos el tiempo en estériles letanías ni en mimetismos nauseabundos….”.

Cuarta parte: Intelectuales orgánicos del poder y la dialéctica del amo y del esclavo

Mirada reflexiva extraída del foro Análisis y Debate del Facebook.

CUARTA PARTE
IV. Intelectuales orgánicos del Poder y la dialéctica del amo y del esclavo

Los intelectuales orgánicos del Poder reciben el reconocimiento del Poder,  y por ese reconocimiento, existen y son cooptados.
Su existencia y su diploma de legitimidad provienen de la cooptación y de su funcionalidad a los intereses de la oligarquía.   Y dependen del reconocimiento de la oligarquía para existir como sujetos pensantes y ocupar los “espacios públicos de los debates democráticos”.

De ahí que la crisis de la oligarquía y de su dominación, sea su crisis existencial, crisis de subjetividad.

Es la situación de dialéctica pura del amo y el esclavo que se desarrolla en el escenario de una democracia e institucionalidad de ficción.

El esclavo intelectual consciente y responsable, trabaja para el amo, liberado de la libertad de la conciencia de la realidad social. Liberado de la atadura ética interpeladora e interpelante,  se confunde con el amo.   Va con su ciencia donde el amo le indica.

Como “nobles” de la intelectualidad, no pueden sin embargo escapar al Sindrome del  Plebeyo romano” y ser plebeyos en la dialéctica relacional del amo y del esclavo. La inevitable opción – valga la dialéctica- de identificación con los intereses y verdades jurídicas de la clase triunfante que detenta  el Poder es su propia dialéctica.  Al compartir migajas del Poder, se auto-valoran como Poder.

De esta manera, los intelectuales funcionales al Poder se escandalizan por enmiendas, por reelecciones, pero no se rasgan las vestiduras por el sistema delincuencial de la oligarquía  y por la violación estructural de toda norma, de toda ética de convivencia.

Es el terreno que eluden y cubren  con el abuso del discurso del Poder. Argumentan sobre lo fenomenológico argumentado, pero conscientemente no argumentan lo argumentado.
El intelectual no puede aducir  el desconocimiento del formalismo y dejar de distinguir entre el formalismo ficción y la realidad social.   Por qué? Porque opta, construye o de-construye, deslegitima  el Poder.

El Poder real o  se transforma o se conserva a sí mismo.
Es una obviedad que la conservación del Poder dominante oligárquico pasa necesariamente por la mutación. Mutación que es objeto de interiorización por los intelectuales orgánicos alrededor del Poder.

El intelectual o la intelectuala, responsable, consciente y libremente,  se alinea a la mutación;  a la  lucha por la conciencia abstracta de “civilidad”, de “respeto a la institucionalidad”, de “elecciones libres” o de  subordinación a los “mecanismos  institucionales” de Poder .  Es, en realidad,  su opción y su libertad individual inserta en una lucha por el Poder.

Con ello, como gran parte de la “créme” de la intelectualidad paraguaya corporativa y excluyente;  es instrumento lúcido de la legitimación del Poder ilegítimo.  Son intelectuales, porque la oligarquía paraguaya los reconoce como tales y les otorga ese status.

En otras palabras, en su praxis- teórica, en su teórica- praxis,  se convierten en  agentes de ejecución y correa de transmisión de los actos fenomenológicos del Poder oligárquico.

Como si el Estado actual, en pura mutación pero en profunda crisis,  no fuera la prolongación del Estado oligárquico creado sobre el genocidio y la destrucción de uno de los Estados más desarrollados e independiente en toda América.

Para estos intelectuales FUNCIONALES, la violencia de las 150 familias dueñas del Estado y de la “democracia oligárquica” paraguaya  legalizada por la “Constitución” de 1992,   no es  más que disfuncionalidad del “Estado de derecho”, ausencia de “conciencia jurídica” o ausencia de “educación cívica”.

Obvian científicamente, y lo fundan también con la ciencia; que las  instituciones jurídicas, producto de confrontaciones, de contradicciones, de luchas, es  y representa los valores de la fuerza social dominante: los valores de una oligarquía victoriosa, pero hoy amenazada en su hegemonía,  amenazada de desplazamiento del Poder del Estado e medio de un Estado en crisis.

Obvian que la oligarquía paraguaya que participó en el genocidio del pueblo paraguayo, es aún, lamentablemente,  en el más profundo sentido formulado por Heidegger.

Sólo mutó.   Es aún.

Segunda parte del foro Análisis y Debate

SEGUNDA PARTE

Es a partir de la irreflexa evidencia de un “Estado de derecho inexistente” en el Paraguay, que hablan de  violación de la “constitución nacional”, reelección o no reelección llegando al extremo más burdo, vulgaridad epistemológica insostenible racionalmente de asociar reelección con dictadura.

Simples voceros del Poder de facto, que es la verdadera constitución de esta república menos que bananera.

Cuando el intelectual substituye lo substancial por lo fenomenológico, por  la pura forma, sin argumentar sobre sus propios argumentos, no es un simple descuido: hace praxis, hace   opción político- ideológica, opción por el Poder fáctico e institucionalizado a través de ficciones legales.

La emancipación no forma parte de la reflexión- praxis.  
Es importante aclarar que cuando un intelectual elabora,  es praxis pura de la teoría, del saber.

En el mundo intelectual, no existe la distracción de Tales de Mileto: existe praxis, opciones,  responsabilidad, teoría de producción con opciones hacia el poder o hacia la emancipación.

La In-conciencia; la I-rresponsabilidad no son argumentos recepcionables.
Porque el intelectual ejerce la libertad, su libertad, producto de su conciencia y de su praxis.   Y en esa praxis, produce conocimiento, produce ideología.

Así,  cuando la “l´élite des élites” et “créme de la créme” de  los “intelectuales” hablan a través del abuso de poder discursivo para defender  con construcciones racionales un Estado de derecho inexistente o una constitución que se reduce a un pedazo de papel, son conscientes de su propia conciencia y de su opción por la defensa de un Estado en plena delicuescencia.

Para la “élite” intelectual oficial cooptada que observa simplemente a la sociedad, que se auto-convence que está Más allá del Bien y del Mal,    el discurso abusivo de posmodernismo decadente, como fundamento epistemológico de defensa y legitimación; se vuelve verdad objetiva.
Para estos intelectuales voceros de la oligarquía, el Estado de 1870, en su mutación actual, es legítimo porque existe una constitución.

La oligarquía predadora que es aún, es la verdad, la legitimidad. Como diría Foucault en su análisis sobre Magritte: “Esto no es una Pipa”.

El Estado oligárquico; la oligarquía predadora, no existen, sólo es parte de una entelequia surrealista.   El problema del Poder como elemento de trasformación social, No es una Pipa.
Los intelectuales saben objetiva y subjetivamente lo que están haciendo.

El mundo, la sociedad no existe fuera de la opción de colaboración u oposición crítica a un sistema proveniente de destrucción de la democracia y de los derechos del pueblo.
Esos intelectuales son funcionales  al sistema, del que luego probablemente  renegarán e intentarán  justificar su acción  con construcciones del saber.

Heidegger, no fue a prisión ni pagó el precio que debía pagar por las atrocidades cometidas por el capitalismo alemán totalitario; por su responsabilidad directa en genocidios y crímenes.
Pero Heidegger hoy, rinde  cuentas de sus actos ante la historia y los pueblos.  Su obra por excelencia,  Introducción a la metafísica es inseparable de sus opciones por el totalitarismo  nazi impuesto por la burguesía alemana y los crímenes de esa misma burguesía. Así como es inseparable de su persona misma.

Cuando Heidegger invita a Jean Paul Sartre a que lo visite,  éste, con desdés rechaza dicha invitación porque era consciente que Heidegger sólo quería el  blanqueo, la justificación de la impunidad.
El desprecio de Sartre fue explícito hacia este intelectual cooptado y ejecutante intelectual por el saber del nefasto poder de la burguesía alemana y del nazismo.

Para Sartre, el intelectual es el hombre-varón, el hombre-  mujer que rechaza ser el agente subalterno de la hegemonía, toma conciencia de las contradicciones en las que está preso y en lo sucesivo rechaza su mutilación por la potencia aplastante de la ideología.

El intelectual  es aquél o aquella para quien se revela la interiorización de la autocensura y del principio de autoridad.  Allí,  ejerce su libertad  y decide romperlos.
La intelectualidad no se reduce a un pensamiento o a la capacidad de pensar distinto, con categoría más o menos sutiles: es  ante todo una praxis, es compromiso con los desposeídos o no lo es.

Primera parte del foro de Análisis y Debates

Comparto la mirada del foro arriba mencionado porque coincido con esta mirada de reflexión crítica a la lógica dominante del sistema y como se sustenta hasta hoy dia en Paraguay..


PRIMERA PARTE

“Escuchad: «No perdamos el tiempo en estériles letanías ni en mimetismos nauseabundos…”.  Jean Paul Sartre. Prólogo a los Condenados de la Tierra de Frantz Fanon, 1961.

I. La vocería intelectual oficial

Esta frase propiamente sartriana con la que empieza esta reflexión,  es más que elocuente: es una tempestad que interpela  al pensamiento oficial; a aquellos y aquellas que contemplan el mundo desde su posición de dominantes, a los  voceros oficiales del sistema.
 Y a todos los intelectuales.
Interpela a académicos, filósofos,  intelectuales que con construcciones epistemológicas hasta extraordinarias, construyen  el “mundo”, producen las ideas, legitiman el poder con el uso de la ciencia y de la cientificidad.

En otras palabras,  es  la frase demoledora  cuyos   objetivos son  el pensamiento y los pensadores oficiales legitimadores, reconocidos por el Estado como tales y cotizados por el poder fáctico e institucional.

 La vocería intelectual del sistema, con todos sus atributos corporativos como lo dice Bordieu.

La lucha por la conservación del Poder, la lucha por la hegemonía del sistema, por la producción de ideas y categorías ideológicas que aparecen como lo objetivo; la producción de ideas para justificar científicamente una situación deshumanizante; ese es el campo  de praxis, de pensar y praxis inseparables, de conciencia- mundo inseparable.
Esa es la interpelación sartriana.
Muy pocos, sólo una minoría,  como el mismo Sartre,  se comprometen con el barro de la historia.    

II.  No existe inconciencia, de-responsabilidad personal u omisión  del intelectual

En el mundo filosófico,  académico, intelectual, es muy conocida la anécdota del filósofo Tales de Mileto.  Según esta anécdota, Tales  habría caído en un pozo mientras contemplaba una noche las estrellas.

Es la típica figura del intelectual, del filósofo “distraído” que, ocupado en todo tipo de materias abstractas, no es capaz de ver lo que tiene a sus pies, un sujeto “incapaz” de conciencia del mundo exterior, de la realidad material.  
Se debe ser claro y honesto: el que escribe; piensa, elabora y habla.  No sólo contempla el mundo o la sociedad que se encontrarían fuera de su conciencia.

La sociedad, la organización del poder, los grupos concentradores, los conflictos, las luchas emancipatorias, los poderes fácticos, la violencia del Estado contra los más débiles;  es su conciencia.   Y su conciencia es su libertad. Y la libertad es opción ante la realidad social.

El que escribe, el que produce ideas, ideología, no puede esconderse de esa conciencia-realidad- conciencia,  porque al escribir se proyecta en y sobre la sociedad.  Escribir es praxis, porque la teoría es praxis, es opción constante, permanente.
El intelectual no es un narcisista: no escribe, no habla ni construye para sí mismo.

En Paraguay, en la sociedad paraguaya, un intelectual libre, crítico, no puede afirmar que permanece fuera del Estado oligárquico paraguayo creado en 1870, fuera del barro del poder, fuera del barro del sistema tiránico y de tiranos corruptos.
Pudo haber habido mutación, pero es aun.
Ningún intelectual puede aducir que se encuentra fuera de la realidad del dos por ciento de familias que concentra las tierras agrícolas productivas y que “constitucionalmente”, en respeto de la “institucionalidad democrática del Estado”;  margina al 98 por ciento de campesinos, a los sin tierra.

Esa tal vez la más flagrante, violenta y cruda realidad que habla de la pura ficción de institucionalidades y que en tanto que praxis del poder, no puede dejar indiferente al intelectual, a grupos de intelectuales.
Es más que sorprendente  que los intelectuales cooptados por el poder fáctico,  ni aborden en serio la inexistencia de la teoría liberal de Estado de Derecho en este Estado periférico y subdesarrollado.

Es a partir de un objeto ineludible como verdad, tal la ficción del  “Estado de derecho”, de una “supuesta institucionalidad democrática”,  que los intelectuales oficiales se explayan y expresan sus construcciones ideológicas obviando las raíces de los problemas sociales y del Estado mismo.

Tercera parte: Del foro de Análisis y debates del FB

Comparto con ustedes que según mi criterio esta mirada refleja la situación del poder en Paraguay y porque se sostiene en una elit sectaria y oligarca.

TERCERA PARTE

III. Intelectuales y lucha por el Poder

Para Nietzche, el Poder es voluntad de Poder, es lucha consciente por el Poder.  La lucha del intelectual es y siempre será  la lucha por el Poder.  Todo intelectual, está inmerso en esa lucha.

Porque el Poder en toda sociedad, sobre todo en una sociedad subdesarrollada y controlada por una minoría fáctica que opera fuera de toda institucionalidad, como la nuestra;  forma parte de la conciencia y praxis; indisociables.

Esta conciencia de la realidad, es invisibilizada por la conciencia responsable de los intelectuales oficialistas.

Obvian que el Estado no es  un mero ente abstracto de institucionalidades legales y de poder legalizado.  Ignoran deliberadamente, porque tienen conciencia y son responsables que el Estado es el campo de lucha por el Poder de grupos de Poder, la concentración del Poder real confiscatorio de la emancipación.

En Paraguay, es el Poder del Estado en manos de 150 familias confundido y oculto por la ficción de una “democracia” inexistente.

Ese Poder actual, heredero de los creadores del Estado sobre el crimen de genocidio, es el Estado que es aún.  Es el mismo Estado, mutado pero no transformado que, con leyes y leyes hasta el hartazgo, confunde e integra los intereses privados a la institucionalidad.

La expresión por excelencia de esa apropiación privada de lo público se materializa en la ley llamada constitución, definiendo  bajo el aurea  de una formalidad legislativa, el tipo de sociedad de la que está excluida la mayoría.

Los intelectuales “orgánicos” del Poder de la oligarquía, participan de la violencia estructural del Estado periférico controlado por los grupos fácticos. Con sus elaboraciones científicas participan  en la disputa de Poder formando parte esencial de construcciones hegemónicas que legitimen a violencia del Poder de minorías.

Cuando hablan de “democracia”, de” institucionalidad democrática”, de “contrato social”, de respeto a la “ley y a la institucionalidad”, en realidad están diciendo que el sistema de dominación instaurado por la oligarquía en 1992; es legítimo y es lícito.

La máxima exigencia de los “intelectuales del Poder”, si exigencias explicitan, es que se cambien, se promulguen o se mejoren leyes, pero siempre dentro del marco del Estado oligárquico.

Podríamos encontrar reflexiones, producciones teóricas y artículos críticos  sobre políticos, docentes, sacerdotes, algunos empresarios, sobre instituciones del Estado, el mal funcionamiento o inconciencia de la “división e independencia de poderes”.

Cualquiera que sea la diferencia de la “élite intelectual” oficial,  los diferentes grupos tienden a tener las mismas opiniones e ideologías fundamentales de legitimación del Poder.

 La diferencia del discurso “crítico” no hace diferencia de fondo.  Tampoco es SIGNIFICANTE de pluralismo o de debate democrático.  El discurso intelectual realmente crítico debe ser neutralizado y, si necesario, desmantelado.

La lucha hegemónica adquiere con ello una importancia particular y es lucha por el Poder y un posicionamiento explícito a favor del Poder oligárquico, que es su fuente de reconocimiento y de legitimidad. Sin esa fuente de legitimidad,   la plebe no los reconocería como  sujetos diferenciales de la plebe: “ los  intelectuales”.

En este contexto de crisis de Estado de crisis de legitimidad del tiránico poder oligárquico; la lucha por la conservación del Poder Oligárquico del Estado genocida creado en 1870, y que es aun el Estado actual;  se vuelve tarea vital a cambio del reconocimiento oficial.

El lema subyacente de los intelectuales funcionales es: “Todo dentro de la institucionalidad del Estado oligárquico; nada fuera de los “intereses democráticos institucionales y constitucionales” de la oligarquía”.  

La rebelión del sujeto soberano, la insurrección del sujeto oprimido;  la revolución de la plebe populacha; el derecho del pueblo a romper con lo constituido y las estructuras legales y fácticas opresoras, son categorías eyectadas de su conciencia.
 
Al mismo tiempo, estos intelectuales voceros, protestarían contra la “barbarie” de la Revolución Francesa;  se rasgarían las vestiduras ante la “barbarie” de la Revolución Francista y la “incivilización” que producen las transformaciones emancipadoras.  

Esta élite de intelectuales del Poder, como productora de categorías de lucha hegemónica en un plácido quietismo zenoniano,  se constituye, por el reconocimiento de la oligarquía; en  moldeadores y controladores de la ciencia oficial analítica, controladores y censores de los  discursos políticos, mediáticos, educativos, científicos, legales que no concuerdan con la verdad oficial.