viernes, 4 de febrero de 2022

Las niñas del serrallo (haren) tomado del.libro "Stroessner"

 “Las niñas del serrallo” (harén). Tomado del libro “Stroessner” de Aníbal Miranda.

Para los que no tengan posibilidad de leer el libro por estar agotado,  les copio parte del segundo fascículo, cuyo título es: “Familia y  Diversiones” distribuido en los siguientes subtítulos: En el hogar; Amantes esclavas; Las niñas del serrallo (harén); Pesca y tute; Al final del día sólo.


Mucha gente sabía y había comentarios sotto voce, pero nadie abría la boca en público… La inclinación del presidente por las chiquilinas había llegado al extremo de desflorar a niñas. Muchas ni siquiera llegaban  a la edad de merecer. Se las ubicaban en casas protegidas de las cuales dos eran notorias por el tráfico humano continuado, la primera en el barrio Sajonia de Asunción, otra subiendo el cerro de Caacupé casi pegada a la quinta Jaeggli… El año de inicio de aquel tráfico de esclavas no se conoce pero tomó estado público desde que un afamado periodista norteamericano lo expuso por escrito y vaya exposición la que hizo…El periodista Jack Anderson, era el mismo que escribió sobre criminales de guerra nazis refugiados en el Paraguay, intervención de la CIA y grandes empresas norteamericanas en el golpe de 1973 contra Salvador Allende y otros… De pluma certera y ágil, en la relación de hechos de las niñas esclavas tuvo colaboración de su colega Les Whitten. Se transcribe partes principales del artículo que publicara el Washington Post en la edición del 20 de diciembre de 1977; nunca reproducido por la prensa paraguaya. 

“Por más de un año hemos estado siguiendo la pista de una sórdida historia de depravación sexual entre altos cargos del gobierno paraguayo. Tuvimos noticias de que muchachitas de entre 8 y 14 años eran usadas para gratificación sexual de las máximas autoridades civiles y militares en Asunción. Nuestro informante nos señaló que esa práctica era al menos tolerada por el general Alfredo Stroessner, dictador que ha regido el Paraguay por 23 años. Esto  nos pareció propaganda anti-stronista fantasiosa. Pero una de nuestras fuentes viajó al Paraguay y trajo información sustancial,  aunque de segunda mano, acerca de los abusos sexuales. Últimamente hemos obtenido la declaración jurada de una testigo cuya credibilidad no puede ser disputada. La fe histórica es, desafortunadamente, verdadera”.

“Nuestras fuentes alegan que él visita con frecuencia una casa en el barrio Sajonia donde las criaturas son violadas. Sin embargo, lo triste es que por  muchos años Estados Unidos ha sido el más fuerte apoyo de Stroessner. El pasado setiembre él estuvo en la cena ofrecida por el presidente Carter en la Casa Blanca. Ha estado recibiendo unos USD 6 millones promedio en ayuda norteamericana durante los últimos cuatro años. El flujo de asistencia militar al Paraguay se cortó recién este año.

Los detalles de la depravación  sexual fueron relatados por Ada Rodríguez (Ada Rafaela Ashwell de Rodríguez) quien proviene de una familia paraguaya acaudalada e influyente. Su padre es un importante funcionario de un organismo internacional en Washington. En el Departamento de Estado nos confirmaron que Ada Rodríguez es una persona de credibilidad y consecuente. Larry Birns, director del Consejo para Asuntos Hemisféricos, nos la presentó”.

“La señora Rodríguez supo por primera vez del escándalo sexual en noviembre de 1975. Ella y su marido,  oficial de la Armada, estaban almorzando en casa del superior de él cuando fueron llamados por un vecino hasta la casa de al lado…”

“Con horror vi los cuerpos inertes de tres niñas, dos de ellas de unos ocho años, la otra de nueve, tendidas desnudas sobre un montón de arena en la parte trasera de la casa… Estaban sangrando de las áreas genitales y tenían  marcas en sus cuerpos que evidenciaban abuso sexual” (declaró la señora Rodríguez). Llamó a la policía. Un viejo cuidador dijo que estaba trabajando bajo protección de un jefe militar que identificó como el coronel Perrier. “Al escuchar esto la policía se retiró inmediatamente sin tomar medida… más tarde los vecinos nos dijeron que en ciertas ocasiones el viejo tenía bajo su cuidado a catorce niñas de entre 8 y 9 años.

El coronel Perrier mantenía la casa en el residencial barrio Sajonia donde campesinas joven citas compradas a sus empobrecidos padres son proveídas a los jefes paraguayos. “El general Stroessner frecuenta la casa” juró Rodríguez. Durante un mes ella imploró a sus influyentes amigos que denunciaran esa pesadilla. Le advirtieron repetidamente quedar callada y no meterse. Desesperada, se entrevistó con Miguel Soler, quien publica un periódico comunista de nombre Adelante. A él le fue imposible cumplir su promesa de publicar la historia. En diciembre de 1975 Soler fue arrestado y entre sus documentos se encontró la declaración de Rodríguez. Poco después de la medianoche del 9 de enero de 1976, tres hombres entraron por la fuerza a su casa y la llevaron hasta la oficina de la policía secreta. Pastor Coronel la acusó de estar involucrada en una conspiración para asesinar a Stroessner. Cuando ella negó, Coronel comenzó a golpearla, en tanto otro hombre la sujetaba. Luego la tiraron, semidesvanecida donde la torturaron continuamente durante tres días”.

El coronel Perrier que cita el artículo no era otro que Leopoldo ‘Popol’ Perrier, proveedor de niñas para Stroessner y su séquito. Ada Rodríguez era el alias utilizado como protección de Malena Ashwell, la señora que descubrió y anduvo tratando de cerrar aquel negocio bastardo a costa de su seguridad. Ella era hija de Washington Ashwell, a la sazón oficial de rango en el Banco Interamericano de Desarrollo.

Cuando se enteró viajó de urgencia para entrevistarse personalmente con Stroessner quien lo recibió. Ashwell pidió por favor que liberaran a su hija y prometió sacarla del país para su recuperación. Malena había intentado suicidarse en Investigaciones cortándose las venas de la muñeca. Gloria Estragó, compañera suya de cautiverio, pero por otra causa – el caso Proyecto Marandu de la Universidad Católica - la socorrió pidiendo auxilio. Malena fue derivada al Policlínico Policial “Rigoberto Caballero” donde la sometieron a curación y de ese lugar la trasladaron al aeropuerto “Presidente Stroessner” donde tomó vuelo con destino a Estados Unidos. Tuvo la suerte de recuperar a sus dos hijas pequeñas y con ellas vivió como exiliada forzosa sin poder retornar al Paraguay mientras Stroessner estuvo sentado en el sillón presidencial.

Aparte de Stroessner, dos usuarios de aquel servicio de esclavas fueron identificados en el curso de la investigación que dio pie a esta obra. Uno era Feliciano ‘Manito’ Duarte, el corpulento administrador de la empresa estatal Administración Nacional de Telecomunicaciones (ANTELCO), en una de cuyas sedes se realizaba espionaje de líneas telefónicas (fonopinchazos).

El otro, su propio jefe de seguridad Julian Mieres, también era compinche. Las correrías por lo de Popol  Perrier no eran para presencia de menores. Libaban copiosamente, jugaba con las nenas a medio vestir y les daban de beber, se turnaban en contar chistes verdes y como final de acto sometían a las pobres víctimas. La intermediación de Perrier para satisfacer a los encumbrados visitantes fue retribuida generosamente. Se hizo dueño del casino Royal Park, sobre la avenida Eusebio Ayala,  y de otras casas de juego que pagaban un canon simbólico de impuesto… Pépe vénte.

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